Editorial 28 - Irán, el cuarto teatro de operaciones de la guerra planetaria

Publicado el 1 de julio de 2025, 21:51

Por Félix Rodrigo Mora

[Tiempo estimado de lectura: 15 min.]

 

El enfrentamiento global entre las grandes potencias imperialistas, sobre todo entre China (imperio ascendente) y EEUU (imperio descendente), lleva a la humanidad a una nueva guerra mundial. Irán, trabado en combate con el Estado de Israel, es el cuarto escenario de dicha conflagración, siendo los anteriores, Siria, Sahel y Ucrania1.

 

Irán, pérfida potencia imperialista regional, es también el conjunto de sus perros de presa, Hamás en Gaza, Hezbollah en Líbano, hutíes en Yemen y chiíes en Irak y Siria. Al haber sido sometidos estos grupos, con la excepción de los chiíes, a un duro castigo bélico por el ente estatal sionista y por otros, ya no están en condiciones de auxiliar a su centro matiz, de manera que el criminal régimen musulmán iraní se encuentra sólo. En efecto, tampoco está recibiendo ningún apoyo significativo de sus aliados de mayor rango, Rusia y China, a pesar de que abastece de ciertas armas y equipo al primero. Y de que en 2023 se incorporó a la Organización de Cooperación de Shanghái, pasando a formar parte del bloque económico del yuan, o rénminbi, la moneda imperialista y expoliadora del Tercer Mundo propia del imperio chino, al que Irán vende lo principal de su petróleo.

 

El pretexto esgrimido por Israel es la destrucción de las capacidades iraníes para producir bombas nucleares. Esto es una cuestión menor, pues es objetivo central es dar un paso más en el cerco a China, privándole de un amigo y aliado económico, Irán.

 

La coyuntura es favorable para el imperialismo estadounidense, del que el ente estatal sionista es sólo una derivación, una parte. Devastada Gaza y derrotado Hezbollah, es el momento de atacar a Irán, cuyo régimen totalitario y criminal se tambalea, debido al rechazo y odio que concita en las clases populares iraníes.

 

Además, Rusia está atrapada malamente en la guerra de Ucrania, siendo la fuerza más dañada allí por el momento, si se considera la pérdida de armamento y el número de bajas, de manera que el Kremlin muy poco puede hacer para ayudar a Irán, pues necesita todos sus recursos para auxiliarse a sí mismo. A la vez China se encuentra condicionada por la crisis de su economía, parcial pero evidente y en ascenso, así como por sus graves problemas demográficos, al mismo tiempo que debe afrontar la movilización general en su contra de numerosos países del área Asia-Pacifico, como Vietnam, Japón, Corea del Sur, Filipinas y otros, sin olvidar su expansionismo para con Taiwán, escenario en el que puede darse en cualquier momento una escalada bélica súbita.

 

Al parecer, la estrategia de Israel para con su rival, Irán, es utilizar su superioridad aérea y tecnológica en general, para ir demoliendo los centros de poder de la dictadura clerical-fascista de los ayatolás, así como sus lugares estratégicos militares y sus centros nucleares, hasta dejarlo tan debilitado que haga posible un levantamiento popular contra él. Esto llevaría a un golpe de Estado o incluso a una guerra civil, resultando vencedor, según el proyecto estratégico israelí, un nuevo régimen político amigo. Esto sería un cambio de bando de Irán, que pasaría a alinearse con el imperialismo yanqui.

 

Esta ideación estratégica no es descabellada, por cuanto el régimen musulmán iraní carece de bases de masas, manteniéndose gracias a la feroz represión a que somete a “sus” clases populares, con cerca de mil personas ejecutadas anualmente por “delitos” políticos y religiosos. Así pues, debilitado al extremo dicho régimen, puede tener lugar un levantamiento popular o, lo que es mas previsible, un golpe de Estado efectuado por alguna de las facciones disidentes del ejército, para arrebatar al patibulario clero islámico el poder estatal, creando un sistema político nuevo, similar al de Siria, amigo de EEUU y próximo a Israel.

 

Eso significaría que el petróleo y el resto de los recursos estratégicos de Irán quedarían a disposición del imperialismo yanqui. Así, China perdería un aliado y una fuente de abastecimiento de materias primas, a la vez que el nuevo régimen iraní se alinearía junto con EEUU en el combate contra los enemigos de este último.

 

Estamos, por tanto, ante una guerra aérea de naturaleza prolongada, en la que en algún momento se puede involucrar directamente EEUU, de manera parcial y total, que busca ir desangrando a la teocracia neofascista musulmana hasta liquidarla. Las posibles represalias de ésta, como sería cerrar el estrecho de Ormuz, no son viables, pues perdería su principal fuente de divisas, así como el corredor por el que le llegan los recursos tecnológicos estratégicos de que depende. En un conflicto de tal condición, la derrota de Irán está asegurada.

 

Existe otra salida, el levantamiento revolucionario de las clases populares en los dos países contendientes, en Israel y en Irán, conforme a la consigna de guerra a la guerra, para hacer la revolución popular integral en ambos. Es Israel, más de un tercio de la población está ya en desacuerdo con “su” Estado en cuestiones decisivas, entre ellas, la carnicería perpetrada en Gaza y la agresión a Irán, de modo que, conforme vaya avanzando el conflicto, irá creciendo el descontento, la critica y la resistencia, quizá hasta el punto de que se constituya una masa critica para disputar el poder en la calle a los sionistas.

 

En Irán, la oposición al sistema de poder totalitario musulmán es general, con el 90% de la población en contra de él. La destrucción de dicho régimen por medio de la violencia revolucionaria popular es bastante probable. La “revolución islámica” y la “república islámica” han sido un fiasco total, apareciendo hoy como un régimen capitalista de rapiña, que explota sin limites a las clases trabajadoras, organiza guerras en el exterior, rearma el país más allá de lo que éste puede financiar y asesina cada año a cientos de personas, a la vez que detiene y encarcela a decenas de miles.

 

Los pueblos son los verdaderos protagonistas de la historia, no los Estados. Para los estrategas de salón, los politólogos de la televisión y los charlatanes de los videos únicamente existen los entes estatales, pues nunca dicen nada sobre los pueblos, acerca de la capacidad de la gente común para influir, actuar e intervenir. No es esa la posición de la comunidad por la RI (Revolución Integral). Esta cree en la revolución y, en consecuencia, cree en la aptitud de los pueblos para afirmarse y alzarse, así como en la facultad de las personas comunes para, incluso por sí mismas y en solitario, hacer grandes acciones en pro del bien, la verdad y de la virtud, contra la guerra, el totalitarismo y la violencia reaccionaria. Así pues, por la revolución.

 

Félix Rodrigo Mora

luchayservicio@gmail.com

 

1 Para una comprensión más amplia y profunda de la situación internacional remito a mi “Manual para una revolución integral comunal”, y al texto en pdf, “Análisis prospectivo de la actual guerra mundial”, que se encuentra en mi web, felixrodrigomora.org

 

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