Antonio de la Fuente Gómez (Madrid, 1977).

Concebido en Reinosa (Cantabria), de padres manchegos. Allí pasé mis primeros dos años de vida respirando el aire fresco montañés y el olor a chorizo colgado en el desván. Desde Madrid volvíamos cada año de vacaciones con mis padres a los camping del Norte, hasta que finalmente me instalé en Asturias después de vivir y viajar por diferentes lugares del rural de la Península Ibérica y del mundo.

Desde niño me siento llamado a bailar, hacer música, escribir, pintar y cuidar a la gente. Siento la llamada de la Naturaleza, especialmente de la montaña, donde mis padres nos llevaban a andar. Y en seguida, la llamada a buscar la verdad y a combatir las injusticias. Me considero un buscador incansable, polifacético y ecléctico, un encendedor de sueños, realidades y fracasos. Tengo al fracaso como maestro.

Me he ganado el pan de muchas formas. Albañil, temporero en la viña, bombero forestal, 15 años dedicados a la terapia y medicina natural. Los últimos 4 años me he dedicado al pastoreo de montaña con ovejas. Ahora busco combinar lo aprendido tantos años para llevarlo a la vida rural Asturiana y aprender más conocimientos para emprender la autosuficiencia y el autogobierno con las gentes de los pueblos en los que creo firmemente.

He escrito dos poemarios: El corazón azul de la luna (Lulu, 2020) y El abismo de lo innombrable (El Drago, 2021).