Por un Pastor del Prepirineo, lector de VyR

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Reflexiones sobre la muerte del agricultor David Lafoz.
Mientras vigilo las vacas, me decido a dejar por escrito una serie de reflexiones sobre el trágico final de David Lafoz, joven agricultor que no ha podido resistir el acoso de las distintas Administraciones del Estado.
Me pregunta una joven aspirante a ganadera el porqué de tanta repercusión de la fatal noticia, si la sociedad actual, tan ajena al mundo rural, no suele mostrar mucha empatía con los dramas del Campo. Mi respuesta es que, a pesar del esfuerzo de adoctrinamiento y manipulación del Estado, la sociedad sigue conservando cierto grado de empatía y humanidad. Para todos los que nos dedicamos al Campo, el impacto ha sido todavía mayor por sentirnos identificados con David y su sentimiento de impotencia y frustración ante el acoso de las distintas administraciones del Estado.
En primer lugar, me gustaría poner el valor su particular lucha en defensa del campesinado. Aunque yo no participe en las protestas del sector, por no coincidir ni en la estrategia ni en muchos de sus planteamientos, reconozco que demostró mucha valentía y dignidad al plantarse con su tractor en la sede del Parlamento Aragonés, Palacio de la Aljafería, lujosa y costosísima sede de la mafia política y alto funcionarial aragonesa, poniendo en apuros a toda esa tropa de parásitos que lo único que hacen es legislar para complicar la vida a los aragoneses, mostrándonos que por falta de valentía y coraje no es. Quizás falló la estrategia.
En segundo lugar, agradecerle la defensa y dignificación del sector agrario por ser de los primeros en acudir con su tractor en ayuda de los valencianos tras las inundaciones de Valencia, poniéndonos a los trabajadores del Campo en el mejor lugar. Además, en cada entrevista, nos defendía con orgullo.
Y en tercer lugar, extendiéndome más, con mucha pena y mucha comprensión hacia su decisión, valorarle que al sacrificar su vida de esta manera, se abra un amplio debate sobre la verdadera esencia y naturaleza del Estado, que con sus distintas Administraciones, demuestran ser el origen de la mayoría de los males de la sociedad. Un debate amplio, duro por las circunstancias, pero necesario para que cada vez una mayor parte de la población sea consciente de la horrible naturaleza del Estado.
Según parece, los problemas de David con las diferentes administraciones del Estado han sido determinantes en su fatal decisión. Como ganadero que conoce cómo funciona el irracional entramado burocrático, entiendo la rabia, la impotencia, la tristeza, la asfixia y la frustración que vivió.
El Estado Español y la Unión Europea (corporación de Estados Europeos), con sus leyes, normativas, inspecciones, sanciones, obligaciones fiscales y desastrosas políticas comerciales, resultan en una horrible estructura de sometimiento capaz de arruinar cualquier hermoso proyecto de vida en el, y del, Campo.
La PAC (Política Agraria Comunitaria), junto con las políticas agrarias nacionales y regionales, con su ejército de altos funcionarios y políticos europeos, estatales y regionales, y su tela de araña burocrática y fiscal, y subvenciones “trampa”, igual que al resto de agricultores, asfixiaron a David hasta el límite. Le dictaban a David qué cultivar, cuándo cultivar, cuánto cultivar, el ruinoso precio al que debía vender su producción, qué cursos debía hacer, qué numerosos registros y documentación debía presentar y conservar, y un sinfín de asfixiantes obligaciones, que para colmo terminaron por arruinarle económicamente.
Es tal el acoso burocrático que se calcula que, sólo en nuestro país, tenemos a unos 200.000 funcionarios y sindicalistas agrarios liberados dedicados únicamente a desarrollar, aplicar, inspeccionar, sancionar,
negociar y divulgar la normativa PAC, y demás políticas agrarias y rurales, que junto con las oficinas que necesitan para desempeñar su labor suponen un lastre presupuestario de dimensiones estratosféricas. Es frustrante ver como van aumentando el numero de agrofuncionarios en la misma proporción que va mermando el numero de agricultores y ganaderos, hasta llegar a cifras delirantes.
Ésta es la clara estrategia de “pirómano-bombero” del Estado que consiste en arruinar a todo un sector económico, con decisiones tomadas desde lujosos despachos en Bruselas y Madrid, para luego presentarse como un ente salvador aprobando una serie de subvenciones arbitrarias en el despacho de al lado, de tal forma que el sometimiento y la dependencia hacia el monstruo estatal es cada vez mayor.
Para animar a la reflexión y al debate sobre la lucha contra el Estado, me permito hacer una referencia al relato biblíco de la lucha de David contra Goliat; Siempre hemos asumido la interpretación oficial en la que el pastor David era el débil y, a pesar de ello, gracias a su Fe, Astucia, Coraje y Fortuna, logró vencer al gigante Goliat, pero en realidad la interpretación más creíble es que David era claramente el rival más fuerte pues, además de ir “armado”, luchaba por un bien supremo contra el sometimiento de su Pueblo. Es una pena que para nuestro caso, Goliat (el Estado) ha vencido a David y todo porque a David Lafoz nadie supo hacerle ver su potencial fortaleza. Ojalá la hubiera buscado y encontrado, para escapar de esa extorsión y amenazas del Estado y sus Administraciones, bien lejos de sindicatos agrarios y partidos políticos subvencionados (al servicio de su Amo, el Estado que les paga), que de nada le sirvieron.
La solución a tal despropósito, como se ha demostrado históricamente, en todo momento y en todo lugar, no pasa por sustituir a la clase dirigente ni cambiando la forma del Estado, de la misma manera que una organización mafiosa no se convierte en una organización benéfica por sustituir a quienes la dirigen. La libertad es un bien sagrado, no se debe ceder a nadie y mucho menos a una estructura de poder tan dañina como el Estado.
La única solución puede llegar de una sociedad consciente, claramente sin Estado, con una cosmovisión basada en la plena libertad del individuo, de apoyo mutuo para proteger esa libertad. De escrupuloso respeto al “otro”, contra toda forma de sometimiento, pues el sometimiento enferma y destruye.
David Lafoz, gracias por tu coraje, tu valentía, tu solidaridad, tu dignidad personal , y por mostrar y señalar al Estado como el verdadero monstruo al que enfrentarnos.
Un Pastor del Prepirineo
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