Editorial 32 - Balance del IX encuentro en Villafranca del Bierzo

Publicado el 1 de noviembre de 2025, 16:56

Equipo de Redacción

 

Un año más, hemos celebrado, del 26 al 28 de septiembre, el IX encuentro de simpatizantes por la Revolución Integral, y como de costumbre, “esclavos” de nuestros ideales de descentralización, ruralidad y tradición cultural, fue organizado en un lugar con gran raigambre espiritual, en Villafranca del bierzo, provincia de León, en el albergue de peregrinos “ave fénix”. Este lugar de acogida es un hito en el camino de Santiago, con una carismática dirección personal de Jato, el hospedero que sigue la saga familiar en mantener las puertas abiertas a todo tipo de personas, lo cual le ha acarreado serios problemas con algunos vecinos de Villafranca por dar acogida a personas conflictivas, con adicciones y otros desequilibrios que potencialmente podían provocar problemas en el seno del pueblo. La tensión trágica entre colectividad e iniciativa personal, por muy buenas intenciones que tengan éstas, se ve una vez más aquí reflejada, y dejamos a la libertad de conciencia del lector la reflexión personal que este ejemplo le suscite, siendo un tema decisivo por tratar en la tarea de la transformación integral que planteamos.

 

La idoneidad del enclave se vio algo empañada por las fechas escogidas, cuando muchas de las personas ya estaban en plena época laboral, con lo que se hizo penoso y complicado asistir para aquellos, la mayoría, que no vivían relativamente cerca de la zona o de la capital del reino y su ventaja alevosa de la red radial de autopistas. Otro tema para reflexionar, dado que la energía y vigor de los asistentes puede verse mermada por un viaje pesado, y puede repercutir en la calidad y pujanza de los debates y de las dinámicas de confraternización.

 

Con todo, nos reunimos un total de 32 personas, de ellas 10 mujeres y 22 hombres, con un cuidadoso y abundante plan de exposiciones que aseguró una calidad teórica elevada, y que en algún momento pudo llegar a ser extenuante dada la apretada agenda a desarrollar.

 

El primer día, el viernes por la tarde, a modo de inmersión cultural, se hizo un monográfico sobre el Camino de Santiago (Irene y Félix), enfocándolo desde diversas perspectivas. Se hicieron los oportunos apuntes históricos, y se explicó el carácter liminar del peregrino, en tanto experiencia prístina que despoja del estigma clasista; que el camino es doble, el de ida y el de vuelta, llevando cambios personales y sociales, al ser una rica confluencia de cultura e ideas, que forjaron y afianzaron el ideal occidental; de la pujanza de lo consuetudinario frente a la ley positiva, etc. Igualmente se hizo una semblanza de Jato y la evolución del albergue, con sus fuerzas y debilidades, que ya hemos comentado brevemente. Acto seguido, se desarrolló una interpretación del Cantar del Mío Cid (Javier) como indicativo del cambio de fuerzas que comenzó en el siglo XI en beneficio de estructuras estatales monárquicas frente a la horizontalidad asamblearia de los concejos hasta entonces hegemónicos.

 

El segundo día, por la mañana, se abrió con una ponencia que remarcaba el trabajo pendiente a realizar por el sujeto, en su autoconstrucción (Jose Francisco), y la importancia que para ello tiene la vuelta a las lecturas del pensamiento clásico. Luego se pasó a desarrollar la temática de la guerra en ciernes (Félix): la perspectiva a corto plazo de incluir el servicio militar y las seductoras formas que tiene el poder de imponerlo, la preocupante pasividad de la juventud, las reacciones de la propuesta preparacionista1 y desmantelamiento del estado de bienestar para focalizar gastos en defensa, el reclutamiento de mujeres y el golpe que ello va a significar al feminismo y su propuesta igualitarista, situaciones todas ellas que incitan a un estudio de cómo se va a desarrollar los escenarios bélicos en la actualidad y sus enseñanzas, y la progresiva caotización de la situación bienestarista.

 

Por la tarde, se trató el tema de la clandestinidad (Kiko), incidiendo en la importancia de recuperar destrezas de autosuficiencia sin caer en la postura preparacionista-individualista que plantea una supervivencia sin convivencialidad., y después se desarrolló la cuestión de feminismo y militarismo (Bea y Félix), apuntando a recuperar la diferencia genérica sin supremacismos por ninguna de los sexos. Más adelante se esbozó el proyecto en desarrollo de una escuela de ruralidad (Kiko), de la experiencia del Proyecto Arrendajo (Paloma y Alicia) y la fraternidad de Cataluña (Ruth), explicando su labor, problemáticas y logros. Posteriormente se habló del tema migración y revolución (Alex), intervención incisiva y contundente que favoreció la ruptura del acomodamiento general instalado en el Encuentro. Como colofón, Félix hizo sus reflexiones personales sobre el Manual y situación general.

 

El domingo, realizamos un paseo matinal por el pueblo que nos amenizó Jato, conociendo su imponente catedral y . Seguidamente se desarrolló el tema comunicativo (Jesús) y un informe sobre el trabajo realizado en esta Revista (Juan Carlos y Antonio) se informó sobre el funcionamiento de la Editorial Bagauda (Antonio) ; por último, se presentaron libros de próxima publicación, y se cerró con las conclusiones finales del propio Félix.

 

En el turno de palabra tras las ponencias, hay que reseñar la alta participación de las mujeres, y la buena disposición y apertura en los espacios convivenciales (comidas, paseos, momentos de asueto entre charlas) estrechando vínculos y amistades.

 

En cuanto a la valoración general diremos lo siguiente.

 

La RI no está preocupada por la escasa asistencia en los encuentros, porque los tiempos son aún de cierta confusión trasnochada en la conciencia y de relativa estabilidad del sistema en lo estructural. Es evidente que ahora lo más importante es la fortaleza en el argumentario, en depurar su presentación sin abandonar su contundencia, y en ese aspecto, las jornadas del IX encuentro han sido muy fructíferas. Los tiempos de precrisis muchas veces parecen que son anodinos e insulsos y, sin embargo, al igual que la calma previa antes de la tempestad, cuando ésta se desata los acontecimientos se desarrollarán desenfrenadamente. Por eso hay que esmerarse en seguir depurando la oferta revolucionaria para cuando el huracán se desate, e insistir en ofrecer programas para los diversos sectores sociales que más inminentemente van a ser lacerados por los nuevos tiempos bélicos: jóvenes y mujeres, principalmente. La tarea está por tanto bien perfilada, y habrá que redoblar esfuerzos en ello.

 

Igualmente debemos incidir en algunos peros, para no caer en la complacencia.

 

La estructura asamblearia tiene imperfecciones coyunturales y estructurales. En lo coyuntural, tenemos que seguir insistiendo en mejorar nuestra calidad personal, a fin de que no se utilicen las estructuras colectivas como formas de terapia de grupo, o para sacar a pasear los egos, en detrimento del tema tratado y del interés de los asistentes. Esto es un defecto de nuestra época desestructurada con el que convivir, pero sin contemporizar. Por eso el papel de los moderadores todavía se hace imprescindible, y la apelación previa (y durante) el desarrollo de los debates, instando a ser comedidos y sucintos en el tiempo de exposición, a ajustarse al tema tratado, a no entrar en turnos por alusiones y sobre todo, a tener previamente reflexionado y trabajado el tema en el que se quiere intervenir, son actuaciones en las que se debe insistir. Solo ejerciendo nuestro lado social, tan abandonado por siglos de cultura egocéntrica, iremos mejorando en la complicada tarea de la política horizontal.

 

Por otro lado, la propia estructura de lo asambleario nos insta a ser pacientes con las diferentes posturas y formas personales de expresión, a esforzarnos en comprender al otro y mejorar nuestra contraargumentación en caso de que estemos en desacuerdo. El cuidado, la claridad, la elegancia no exenta de verdad, son herramientas propias del modelo de sociedad comunal que proponemos recuperar.

 

Los encuentros de simpatizantes de la Revolución Integral tienen una vocación aperturista y no sectaria. Por ello habrá que seguir promocionando su asistencia libre y abierta a la sociedad, pero con un programa previo donde las personas interesadas tengan una guía de lecturas en las que apoyarse y reflexionar, antes de acudir incautos. Una vez allí, podremos seguir ofreciendo formación con la oferta de libros y materiales. Igualmente, los encuentros nos sirven como un sensor más de la influencia y permeabilidad de las ideas de la RI en el conjunto social, y también conocer las preocupaciones cotidianas y las ideologías imperantes para actualizar nuestro arsenal dialéctico.

 

Para finalizar, la valoración del encuentro la podemos catalogar de bastante positiva, si bien con algún exceso de intelectualismo, por ese afán en desarrollar el argumentario al que nos hemos referido anteriormente, lo que nos impulsa para próximos encuentros a recuperar estructuras más dinámicas y activas para la participación y el enriquecimiento personal, y favorecer también que afloren dificultades y problemas ocultos que nos sigan permitiendo crecer. En todo caso, es inconmensurable el poder compartir, fraternalmente y piel con piel, en estos fríos y equívocos tiempos digitales, el trabajo realizado y el estado de las cosas.

 

Equipo de Redacción


Notas

 

1 El “preparacionismo” es un movimiento o una tendencia que llama a prepararse para afrontar de manera individual el posible colapso civilizatorio, instando a que los individuos adquieran nociones y hábitos de supervivencia, llegando a construir bunkers o hábitats para guarecerse. Es loable y apoyable su motivación por la autoconstrucción pero adolecen de una visión postapocalíptica, por no insistir en estructuras convivenciales sin las que sobrevivir o sin las que luchar para sobrevivir.

 

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