Por Antonio Hidalgo Diego
SEGUNDA PARTE: Antología del insulto a Félix Rodrigo Mora
La escasa capacidad operativa demostrada hasta la fecha por la revolución integral (RI), unida a la fortaleza que todavía conserva el dúo Estado-capitalismo, nos mantiene como un grupo marginal que escapa, por el momento, a las acciones represivas de un Estado al que cuestionamos pero del que no podemos escapar y nos considera insignificantes. Al margen de los textos de repulsa, amenazas y escraches referidos en la primera parte de este artículo, sufrimos las consecuencias de nuestro posicionamiento radical en tanto que no se aceptan nuestros libros en la mayoría de librerías, no aparecemos en los medios de comunicación masivos, se ha vetado nuestra presencia en numerosos espacios y salas de actos y hemos recibido la censura de Amazon y también de YouTube, plataforma que nos ha retirado diversos contenidos, no recomienda nuestros vídeos a los usuarios y falsea el número de visualizaciones.
Más que la crítica o el amedrentamiento, la estrategia más efectiva que han usado contra la RI es la ocultación, el ninguneo, hacer ver que no existimos para que nuestras aportaciones no lleguen a oídos de la mayoría. Pese a ello, no pocas voces de la izquierda —hasta 2020— y de la derecha —desde 2020— nos han obsequiado con una variada e imaginativa colección de insultos que he compilado en este texto, exabruptos escritos en artículos pero también en diversos foros de Internet, muchas veces en la sección de comentarios de nuestras propias redes sociales. En cuanto Félix publica un vídeo, a los pocos segundos ya han escrito un comentario insultante remitido por un usuario anónimo, como si hubiera un servicio de guardia 24/7 pendiente de lo que hacemos, como si hubiera un funcionario asignado a la RI que vive oculto como rata de alcantarilla en alguna oscura oficina de un ministerio orwelliano, una rutina que pone en entredicho la afirmación anterior, acerca de la insignificancia de la revolución integral.
Insignificantes o no, recibimos tantos vituperios que hasta el mismísimo Oscar Wilde disfrutaría estando en nuestro lugar, pues son muchos los que, al parecer, no pueden vivir sin nosotros; aparentemente nos detestan, pero nos siguen, nos leen, nos miran, nos copian y nos dedican comentarios subidos de tono, libelos y articulitos por encargo.
Sin más dilación, da comienzo el tan anunciado diccionario de improperios a Rodrigo Mora. Acompaño a esta incompleta antología un breve ejercicio de filosofía lógica para demostrar, si es que fuera necesario, la escasa consistencia y pobre nivel argumentativo que demuestran nuestros policías asignados y detractores más beligerantes.
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¡Rodrigo Mora es un FASCISTA, un «DEMOFASCISTA»… y un FACHA!
Mussolini, que algo sabía de fascismo porque lo inventó él, definió la cosa como: «todo dentro del Estado, nada fuera del Estado y, sobre todo, nada contra el Estado». Que los pedigüeños de más servicios públicos llamen «fascista» a la única voz que lleva años pretendiendo eliminar el Estado, resulta paradójico. Qué «fascista» más raro es aquel que siempre está abierto al diálogo y defiende la libertad de conciencia y las libertades en general. ¿Un «fascista» que se opone a los ejércitos permanentes y al imperialismo? Recuerdo cuando los «antifascistas» podemitas usaban la fuerza para impedir la asistencia de público a los actos de Félix Rodrigo, charlas abiertas a todos y en las que podrían haber expresado con libertad sus críticas y propuestas. En esta situación, ¿quién es el fascista?
¿Un «fascista» que reivindica la democracia directa? Aunque claro, ahora resulta que la democracia directa por asambleas también es «fascista»… El sapientísimo politólogo Esteban Vidal, otrora seguidor de la revolución integral —cuando vivía en el marsupio de Félix como cría de canguro—, decidió dar un salto y abrirse al mundo para aferrarse con fuerza a un puesto de profesor universitario, circunstancia que le ocasionó una metamorfosis de tal magnitud que despierta la envidia de las orugas más urticantes y voraces. Vidal pasó de adular a Félix a escribir por encargo de vete tú a saber quién1 una serie de interminables e incomprensibles artículos en los que nos califica de «demofascistas», entre otras lindezas2. En un ejercicio de equilibrismo argumental que ya les gustaría a los funambulistas del Circo del Sol, Esteban Vidal concluye que la democracia directa por asambleas que reivindicamos los de la RI, única democracia posible, es «fascista», supongo que tan fascista como el estado de bienestar que levantaron Mussolini, Hitler y Franco, y que con tanto ahínco defienden los «anarquistas de universidad» como Vidal…
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¡Rodrigo Mora es un CARLISTA, un REACCIONARIO y un CURILLA!
Esta es una de las acusaciones más surrealistas, sin duda. Félix ha dado a conocer la existencia de la sociedad comunal y de los bienes comunales, y de cómo estos fueron arrebatados por el Estado liberal español concebido en las Cortes de Cádiz. Si Félix no es liberal… ¡tendrá que ser carlista!, piensan algunos avispados analistas de la historia que pasan por alto que los carlistas eran monárquicos (y Félix rechaza la existencia del Estado, insisto), o que eran católicos (y Félix ha calificado a la Iglesia de «institución anticristiana»).
Sorprende que se califique de «curilla» a un no creyente que se opone a las religiones como instrumento político y que ha estudiado con precisión el proceso de creación de la Iglesia católica por parte de los dirigentes del deleznable Imperio romano3. Confundir los valores positivos del cristianismo primitivo, movimiento popular antirromano de emancipación, con la institución de poder estatal y represión moral con sede en el Vaticano es uno de los errores habituales de nuestros detractores adeptos al vetusto anticlericalismo decimonónico.
¿Se puede ser «reaccionario» y revolucionario al mismo tiempo? Reaccionario solo puede ser aquel que defiende la existencia del Estado (laico o confesional, republicano o monárquico, parlamentario o dictatorial, comunista o capitalista, del bienestar o liberal), no la revolución integral y comunal que, como gran innovación civilizatoria, acabará con este constructo que lleva demasiados años oprimiéndonos.
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¡Rodrigo Mora es ANTIFEMINISTA, así que un MISÓGINO y un MACHISTA!
Hola, soy Coco. Hoy os voy a enseñar la diferencia entre IDEOLOGÍA y SERES HUMANOS. El feminismo es una IDEOLOGÍA, por lo que puede o debe ser objeto de debate, crítica y repulsa; las mujeres, por el contrario, son SERES HUMANOS, y los seres humanos deben respetar y recibir respeto de sus iguales. Estar en contra del feminismo no es estar en contra de la mujer, entre otras cosas, porque los principales creadores e impulsores de esta religión política (parlamentos, gobiernos, ayuntamientos, universidades, jueces, consejos ejecutivos de bancos y corporaciones, fundaciones privadas, editoriales, productoras audiovisuales, museos…) son instituciones de poder dirigidas principalmente por hombres.
Nuestros detractores aseguran que el «machista» es aquel que pretende construir una sociedad democrática con participación activa de mujeres y hombres, lo que contrasta con la propuesta feminista, que considera a las mujeres seres infrahumanos, débiles, discapacitados que requieren de la tutela, promoción y protección de un pater familias conformado por leyes, policías y jueces. Los «misóginos» somos los que pretendemos la liberación de todos los seres humanos, no aquellos —hombres y mujeres de las clases pudientes— que hablan en nombre de todas las mujeres, a las que pretenden «liberar» convirtiéndolas en máquinas entregadas al trabajo asalariado que reprimen su sexualidad a base de psicofármacos y mascotas.
¡Pero es que Rodrigo Mora nos ha llamado «feminazis»!, reprochan algunas. Dostoyevski prefería «plus de sincerité que de noblesse»4. Parece que es más grave llamar nazis a los nazis que ser un nazi que discrimina a determinados seres humanos por sus características biológicas, en este caso a los hombres.
Y un último dato esclarecedor. Cuando Félix Rodrigo Mora (hombre) y Prado Esteban Diezma (mujer) escribieron juntos Feminicidio o autoconstrucción de la mujer. Recuperando la historia, obra que dinamitó para siempre la credibilidad de lo que ambos denominaron «feminismo de Estado», ¿cuál de los dos autores recibió casi todos los insultos y amenazas —amenazas, por cierto, proferidas por mujeres—? Lo han adivinado. ¿Quién es el misógino?
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¡Rodrigo Mora es un RACISTA y un XENÓFOBO!
Más de lo mismo. ¿Es equiparable cuestionar un hecho político y económico en beneficio de los Estados y del capitalismo, en concreto la inmigración teledirigida por las instituciones que reclama la patronal, que permiten las leyes y justifican oenegés, ideólogos de la izquierda y clérigos de la Iglesia católica, que condenar a un ser humano por ser diferente o extranjero? No, no es lo mismo. ¡Lo que estamos denunciando es el fenómeno migratorio en sí mismo como instrumento del poder, tanto la inmigración de extranjeros como la emigración de universitarios que buscan experiencias o una vida «mejor» en el norte de Europa! A todos los seres humanos, sean ibéricos, suramericanos, eslavos, magrebíes, chinos o subsaharianos, a todos sin excepción y empezando por nosotros mismos, les exigimos que sean responsables de sus actos. Félix y la mayoría de integrantes de la RI somos hijos de emigrantes, así que conocemos bien la ruptura de los lazos familiares, el desarraigo, la aculturación, el sentirse extraño en la tierra en la que vivimos, lo insoportable de la vida en los arrabales de la gran ciudad y la dureza del trabajo asalariado de baja cualificación.
¿Cuándo ha defendido Félix, cuándo ha defendido la RI el racismo? Nunca. Pero, curiosamente, nos acusan de «racistas» aquellos que con más ahínco defienden el tráfico de mano de obra extranjera, el robo de seres humanos a otros países, emigrantes desarraigados, explotados y tantas veces ahogados en el fondo del mar. Nos llaman «racistas» quienes hablan en nombre de los inmigrantes y blanquean una práctica esclavista que beneficia a la gran empresa, justificada con el egoísta y fulero mantra de «vienen a pagarnos las pensiones». Nos llaman también «xenófobos» por cuestionar que casi todos los inmigrantes que llegan desde otros países no huyen del hambre ni de la guerra, sino que pretenden «beneficiarse» del estado de bienestar y disfrutar de las «bondades» del capitalismo, nuestros dos enemigos primordiales.
¿Alguien nos ha pedido permiso para aceptar compartir nuestra tierra y nuestra vida con los diez millones de personas que han llegado en las últimas dos décadas? ¿Alguien les ha pedido permiso a los marroquíes, a los ecuatorianos, a los pakistaníes, a los rumanos o a los senegaleses para que otros estados roben la mayor parte de su juventud, ahora que ya estaba criada? Lo «democrático», parece ser, es callarse la boca para dejar hacer a los poderosos; lo «democrático», parece ser, es censurar y amenazar a quien pretende combatir este inhumano mercadeo de carne humana.
Y otra cosa, ¿no son racistas los que acusan a los «blancos» (si es que esta categoría existe) y a los europeos-occidentales de ser responsables de todos los males de la historia y de este mundo? ¡Pero es que Rodrigo Mora defiende la teoría del «gran reemplazo»!, nos reprochan algunos. Al margen del motivo o la razón de esta realidad, no podemos más que hacernos a la idea que, de seguir así las cosas, dentro de unas pocas décadas las culturas europeas habrán sido aniquiladas, lo que constituye un genocidio que solo los cegados por el fanatismo progresista no quieren ver. Evitar la extinción del gorrión europeo mola, «salvar» a las tribus indígenas del Amazonas es guay, pretender que el pueblo vasco, el pueblo catalán o el pueblo castellano, por poner tres ejemplos, no desaparezcan de la faz de la tierra es «racista». ¡Pues vale!
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¡Rodrigo Mora es un ISLAMÓFOBO!
No me voy a repetir. Condenar el islam como religión, como ideología del poder, como forma extrema de misoginia, no es detestar a los musulmanes, principales víctimas de esta forma de fascismo.
Que me expliquen por qué el islam es molón y «feminista» y el cristianismo, en cambio, es carca y cercenador de las libertades… Invito a todos los ignorantes a que: 1) lean los Hechos de los apóstoles; 2) lean el Corán y los hadices. Las comparaciones siempre resultan odiosas. Pueden escoger imitar el ejemplo de un profeta que se enfrentó al poder romano y judío, predicaba el amor al prójimo y se sacrificaba por los demás, que trabajaba con sus propias manos, se rodeaba de personas humildes o desamparadas y defendía el libre albedrío, que pregonaba el bien y expulsó a los mercaderes del templo; o seguir las ordenanzas de un caudillo militar que hacía guerras para embolsarse el botín, ordenaba genocidios y violaba niñas. ¿Con quién se quedan? Supongo que con la «religión del amor»…
Efectivamente, no nos gusta el islam, ¿y qué? A la mayoría de los musulmanes tampoco, por eso los apóstatas son cada vez más numerosos, por eso tantos musulmanes vienen a vivir con nosotros para disfrutar de lo poco que queda de los logros civilizatorios de la revolución altomedieval que nos inspira, y por eso los musulmanes que estén por la labor tienen las puertas abiertas para unirse a la revolución integral.
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¡Rodrigo Mora es un HOMÓFOBO!
La defensa de la libertad sexual que ha realizado Félix en numerosas ocasiones refuta esta acusación sin fundamento. Otro de los principios fundamentales de la RI es la defensa de la libertad individual, lo que incluye la libertad sexual. Lo que sí rechaza el soriano es la imposición por la fuerza de un determinado tipo de sexualidad impuesta a niños y jóvenes a través de la propaganda y del sistema educativo.
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¡Rodrigo Mora es un «ROJIPARDO» y un AGENTE DE LA CIA!
¿En qué quedamos? ¿Félix es de izquierdas o de derechas? ¿Es comunista o liberal? ¿Es anarquista o nacionalista? En el segundo caso, ¿Félix es españolista —o «criptoespañolista», como dijo alguno— o independentista vasco y catalán, como dicen otros? La RI está al margen de todas estas categorías, en tanto que defendemos el pensamiento ateórico, la cultura popular, el derecho consuetudinario y el autogobierno por asambleas sin políticos profesionales que nos representen.
Lo que escapa a toda lógica son comentarios como el que nos regaló hace unas horas uno de esos «policías para la represión de la revolución integral» que, para más escarnio, se hace llamar «@donbagauda», anónimo personaje que, como tantos otros, vomita todo su odio (real o fingido) en el foro del canal de Félix en YouTube: «Si no fuera por la admiración que siento por él […] solo puedo pensar que está chocheando ya [¡menuda admiración!]. De verdad que no me lo creo, no puede ser que ataque a un país que lucha por lo mismo que luchamos nosotros [su «lucha» consiste en escribir insultos, desde el sofá de su casa, a los únicos que cuestionamos el poder establecido], por su libertad, por mantener su tradición y su civilización [refiriéndose a Rusia]», para acabar insinuando en otro comentario que Félix es un agente de los Estados Unidos, el mismo que lleva tres décadas despotricando contra cualquier imperio y cualquier estado, también EE. UU. y la OTAN. ¿Alguien puede extrañarse de que Rodrigo Mora no apoye la guerra criminal que está llevando a cabo en Ucrania, desde hace años y con patético resultado, el Imperio ruso? ¿Por qué estos idiotas ponen el grito en el cielo cuando Félix denuncia públicamente la ausencia de libertades y la inexistencia de democracia que padecen (y consienten) los pueblos rusos, subyugados desde hace siglos por regímenes estatales perversos? Unas buenas vacaciones en Rusia merecen estos «esforzados combatientes cibernéticos», una estancia prolongada en la que podrían trabajar para su amada «madre patria de adopción» por menos de 600 euros al mes y morir como ratas en una guerra injusta y absurda. Como dijo Fernando Fernán Gómez, «@donbagauda», «@JM-ye7xr», «@murwal777», «@Lumber-e7w», etc., ¡váyanse ustedes a la mierda!
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¡Rodrigo Mora es un MENTIROSO, un CONSPIRACIONISTA5 y un MANIPULADOR DE LA HISTORIA!
En la URSS de Stalin y en la China de Mao todos los científicos llegaban a conclusiones extraordinariamente similares, igual que en la Alemania nazi. ¡Qué casualidad! Actualmente, en nuestras universidades, ocurre exactamente lo mismo. Para cada hecho histórico analizado, la historiografía académica se posiciona siempre en torno a dos posturas: la explicación oficial de la izquierda y la alternativa oficial de la derecha. Los catedráticos, sean progresistas o conservadores, poseen suficientes recursos materiales para llevar a cabo sus investigaciones y tienen a su disposición los altavoces que les permiten dar a conocer sus resultados en los medios de comunicación y la industria editorial, por lo que son guardianes en exclusiva de la «verdad absoluta».
El autodidacta Félix Rodrigo Mora, cuyos estudios son independientes y no están remunerados, en cambio, «tergiversa la historia» según sus detractores. Su libro más destacado, La democracia y el triunfo del Estado, tiene más de 500 referencias bibliográficas y 384 notas a pie de página; sus principales obras historiográficas, Estudio de la II República Española (1931-1936) y la ya citada Feminicidio… tienen un número similar de citas; su obra culmen, Manual para una revolución integral comunal, tiene una bibliografía todavía más extensa. Por el contrario, el texto más difundido de cuestionamiento a los argumentos de Félix, El giro escatológico. La reacción en la crítica de Félix Rodrigo Mora, editado por «Pajarraco», tiene… 0 referencias6. El texto Yo disparé a Félix Rodrigo Mora, firmado por el anónimo «Comando Itinerante SCUM (Subversivos Contra la Unión de Machos)», es una burda amenaza cuyo objetivo era intimidar a Félix para que no siguiera con su labor divulgadora, amenaza que ni ha sido investigada por los tribunales que persiguen «delitos de odio» ni ha obtenido ningún resultado.
¿Ha cometido errores Félix Rodrigo Mora? Muchos. ¿Los partidarios de la revolución integral estamos de acuerdo en todo lo que ha publicado o afirmado Félix en sus vídeos? En absoluto. Pondré un ejemplo: su afirmación acerca de que solo en Occidente ha existido el comunal y la idea de libertad individual es, según mi parecer, una idea reduccionista, equivocada. Pero el que tiene boca se equivoca, y el que mucho habla, mucho yerra. Es muy propio de la criticista sociedad actual que, para que nada cambie, se corten las alas a los que quieren levantar el vuelo con rumbo distinto al convenido; lo habitual, parece ser, es centrarse en señalar las faltas ajenas y pasar por alto los aciertos, que en el caso de Rodrigo Mora son mucho más numerosos. Estaría bien que sus críticos admitieran también sus logros, como haber sacado del cajón de la historia la existencia de la sociedad comunal, que reclame con fuerza y argumentos la práctica de un comportamiento ético y sociable en un tiempo marcado por el hedonismo, la inmoralidad y el egoísmo, o que haya recuperado los conceptos de revolución, vida épica y virtud cívica.
Que un autor que ha escrito decenas de libros y ha publicado centenares de vídeos y artículos cometa errores no invalida su cosmovisión ni impide que sea perentoria la necesidad de autoconstruirnos como seres humanos de virtud para conformar una sociedad de la convivencia y de la libertad con responsabilidad, sin Estado ni capitalismo.
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¡Rodrigo Mora NO ES ESPIRITUAL y es demasiado INTELECTUAL!
No pocos practicantes del yoga y la Nueva Era se acercaron en su momento a la RI, cuando éramos pioneros y abanderados de la oposición popular a la dictadura sanitaria implantada en 2020, para alejarse poco después, bastante decepcionados y acusando a Félix y a los demás de ser demasiado intelectuales, teóricos y librescos. Cierto es que la gestión de las emociones, de la emociones de los demás, no es nuestra principal fortaleza…
En un mundo donde una élite domina a las masas a través de la manipulación psicológica, las sustancias químicas, las adicciones, la propaganda y el miedo, en una sociedad que ha perdido la cultura popular y ha dejado de leer a los clásicos, ¿seguro que el problema es ser «demasiado intelectual»? Recuerdo que, además de escribir libros, este señor ha viajado por toda la geografía ibérica para participar en infinidad de encuentros e iniciativas populares, al tiempo que sus detractores consumían contenidos en Internet o se dedicaban a la meditación.
¡Más reflexión y menos meditación!
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¡Rodrigo Mora es SIONISTA, seguro que es JUDÍO y también debe ser MASÓN!
Si denuncia la violencia y el islamofascismo de Hamás debe ser un judío sionista… Si arremete contra los que ocultan el poder de los estados para culpar al secreto poder que se esconde tras las alturas del poder debe ser masón. Si este hombre se posiciona en contra de cualquier estructura de poder terrestre… ¡debe ser extraterrestre! Pura lógica…
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¡Rodrigo Mora es un MALEDUCADO y un FALTÓN!
El tono de Félix como orador y contertulio es indudablemente agresivo. Para gustos, los colores, pero yo también creo que debería suavizar el tono en no pocas ocasiones.
Nadie puede negar que su trato personal es cercano, amable y conciliador. Del resto de divulgadores de contenidos en las redes, ¿cuántos de ellos contestan cada uno de los correos electrónicos que reciben, dan charlas gratuitas o están dispuestos a quedar con cualquier interesado para tener una conversación privada?
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¡Rodrigo Mora es SOBERBIO y EGOCÉNTRICO, además de ser el LÍDER DE UNA SECTA!
Si por «secta» nos referimos a un grupo de personas con ideas fuera de lo convencional y conformado por unos pocos, la revolución integral es, efectivamente, una secta. Y su principal activo e ideólogo es Félix Rodrigo Mora, qué duda cabe.
La principal razón por la que nos han acusado de «sectarios» es por ser excesivamente «dogmáticos» y «no tolerar la disidencia». Y en buena medida tienen razón. A veces hemos sido demasiado bruscos en la crítica interna y hemos espantado a más de uno; a veces hemos sido demasiado puristas y hemos perdido a personas que valían la pena, al margen de sus diferencias puntuales. Errores, ambos, a lamentar y a evitar en el futuro.
Pero, las cosas como son, la mayoría de la gente que se ha acercado en algún momento a la revolución integral y ha decidido dejarnos, algunos de ellos muy ofendidos, lo ha hecho por no compartir los principios fundamentales de la RI, razón por la que nos esmeramos en redactar las Bases para una revolución integral que, pese a su publicación y distribución, muchos que se acercan a nosotros no han leído, no conocen o no comparten. ¿Acaso me afilio yo a la Asociación Nacional del Rifle para defender el veganismo? ¿Por qué tantas personas han venido a los encuentros sin conocer lo que proponemos, sin interés por aprenderlo y con el único objetivo de cambiarnos, de convertir la RI en un cortijo particular que ice la bandera de su su ideología, por muy alejada que esté de nuestros principios?
¿Somos sectarios? Elijan ustedes: 1) nos gusta convivir, trabajar y conversar con cualquier ser humano, al margen de su pensamiento, religión, procedencia o manera de entender la vida; 2) nos gusta emprender proyectos de la mano de cualquier colectivo con el que podamos compartir algo en común, mucho o poco; y 3) no tiene sentido que personas que se oponen frontalmente a los principios de la RI usen las estructuras que nosotros hemos creado, con esfuerzo y dedicación, a modo de plataforma para difundir posturas que son contrarias a las nuestras y que, además de eso, ya tienen otros muchos escaparates puestos a su disposición para hacerlo, tales como partidos políticos, sindicatos, medios de comunicación licitados por el Estado, canales y redes sociales sufragados por Estados extranjeros, etc. ¿Inocentes? sí; ¿abiertos? también; ¿idiotas? eso no. ¿Dónde está la línea roja que separa aquello que es revolución integral de lo que no lo es? Esa frontera resulta a veces difícil de definir, así que los conflictos son inevitables. Dadas las circunstancias, resulta preferible proteger la esencia de nuestros principios que prostituirlos por tener un mayor número de seguidores.
Y para finalizar, ¿Félix es una especie de «gurú»? Si el objetivo principal de un líder sectario es inculcar una línea de pensamiento a sus seguidores, Félix es el «anti-gurú», pues no hay manera de conseguir que siga la estrategia acordada o se ciña al discurso decidido por la mayoría. Félix es un verso libre que hace, como buen castellano, lo que le da la gana. El otro objetivo de un líder sectario es recibir los favores y enriquecerse a costa de la buena fe de sus acólitos. ¿Así se comporta Félix? A los de la RI no nos impulsa la vanidad, sino el sentido de la responsabilidad. ¿Os pensáis que es agradable recibir todos estos insultos, censuras y amenazas? ¿Pensáis que nos gusta renunciar a la familia y poner en peligro nuestro puesto de trabajo por defender lo que todos los demás no hacen por cobardía? ¿Pensáis que es rentable dedicar parte de nuestros ingresos como humildes trabajadores en la difusión de la revolución integral?
¿Qué recompensa ha recibido el «gurú de la RI» por sus muchos años de incesantes lecturas, trabajo literario y de investigación, millones de kilómetros recorridos, conferencias y cursos? Única y exclusivamente el cariño y el respeto de sus amigos, porque, como todos los que estamos en la revolución integral, Félix se gana la vida como puede. ¿Pueden decir lo mismo sus detractores?
Antonio Hidalgo Diego
Notas
1 La insinuación no es baladí, en tanto que Esteban Vidal recibió un jugoso premio por parte del Ejército español por realizar un trabajito de análisis estratégico, razón por la que califico a la reencarnación de Tarpeya de «anarcomilitarista». Consultar nuestros artículos de respuesta a Vidal:
https://revolucionintegral.org/por-la-revolucion-por-la-democracia-directa-contra-la-emigracion
2 Si quiere leer esta oda al despropósito, consultar:
https://puntossobrelasies.com/
3 He tenido la oportunidad de leer la obra inédita de Félix titulada Revolución en la Alta Edad Media hispana en la que explica cómo el Estado romano, tras perseguir y ejecutar a un gran número de cristianos, creó la Iglesia católica y estableció el dogma oficial en el siglo IV. En todo caso, hay diversos artículos y vídeos en los que Rodrigo Mora resume estos contenidos. Consultar:
https://felixrodrigomora.org/categorias/articulos-y-videos/historia/
4 Extraído de la novela Los hermanos Karamázov. Para comprender la relevancia de la novela de Fiódor M. Dostoyevski, consultar el artículo Extractos de El gran inquisidor de Enrique Bardají Cruz:
https://revolucionintegral.org/extractos-gran-inquisidor
5 Félix es coautor de uno de los pocos libros de crítica al conspiracionismo que existen hasta la fecha, El conspiracionismo, la extrema derecha y el Estado.
6 Disponible aquí:
https://grupostirner.blogspot.com/2012/07/el-giro-escatologico-i.html
He consultado el libro La revolución en la crítica de Félix Rodrigo Mora de Javier Rodríguez Hidalgo y no lo incluyo en esta antología del insulto porque, aunque su tono es extraordinariamente crítico, está mínimamente elaborado. Cosa muy distinta sería admitir que su autor esté acertado, ya que parece más ofendido con Félix por su rechazo al hedonismo y a la alcoholización masiva que capaz a la hora de refutar con argumentos sólidos la cosmovisión de Rodrigo Mora. Aplazo para mejor ocasión un artículo de respuesta al panfleto Anti-Félix de Rodríguez Hidalgo. Consultar, en todo caso:
https://www.edicioneselsalmon.com/2019/02/10/la-revolucion-en-la-critica-de-felix-rodrigo-mora/
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