Joker: del cenit al ocaso

Publicado el 1 de noviembre de 2024, 7:55

Por Celia Rodríguez

Tiempo estimado de lectura: 15 min

 

En este mes de octubre, ha pasado por nuestros cines ese torbellino llamado Joker 2 que no ha dejado a nadie indiferente. (Advierto que este artículo puede destripar el desarrollo y fin de la película).

 

 

Joker 1: el cenit

 

En primer lugar, me declaro muy fan de la primera entrega. En esos finales de 2019, salia de una relación tóxica, aunque la ruptura fue tremendamente dolorosa, me condujo a toda una experiencia de autodescubrimiento sobre mí misma y lo que había sido mi vida. Tanto, que acabé colaborando con el blog del youtuber Rony Begood (Psicopsiquis)1, por lo que estaba especialmente sensible a estos temas.

 

Como recordatorio e información para quienes no la vieron, uno de los principales villanos del héroe Batman, se encarna en la vida de Arthur Fleck: un niño maltratado que llega a la edad adulta con una vida totalmente desestructurada y disfuncional. Tras tormentos, la total incomprensión de su entorno y el abandono de las instituciones (y de la sociedad en general) acaba cometiendo crímenes de sangre, convirtiéndose en un icono para la caótica ciudad de Gotham2, donde crecen las desigualdades y el foco, para variar, se pone en los ricos.

 

Sin embargo, Arthur también se convirtió en un icono para los millones de espectadores que empatizaron con él. Y con esta, Horrywood volvió a meter un gol por la escuadra en la mente de un occidente donde cada vez se da más importancia al discurso de que “el malo es malo porque el mundo es cruel y hay que entenderle”, justificando así que se cometan todo tipo de atrocidades, mientras el imperante buenismo lleva a una inacción que está haciendo saltar por los aires a la malograda cultura europea.

 

Pues no es cierto, estimados/as. Hay gente que, muy lamentablemente, no es apta para vivir en comunidad, no puede ser reconvertida y nunca va a cambiar.

 

El atender a estas personas con ese buenismo, desatiende a las verdaderas víctimas, haciendo caer sobre ellas el peso de la injusticia, logrando que se asuman y normalicen todo tipo de abusos.

 

¿Cuántos años llevan haciéndote creer que al malvado maligno, con un discurso motivador de crecimiento personal a la atura de cualquier charlatán de la Nueva Era, se le va a activar en el cerebro la lámpara de la empatía, haciendo que se arrepienta de sus crímenes y, por ende, tras oír esas palabras mágicas, querrá tomarse de la mano con el bueno y con el resto de la humanidad para entonar el Himno de la Alegría?

 

De esa manera, hoy, en algún momento de octubre´24, millones de personas en este país siguen pensando que sus líderes políticos, algún día, se darán cuenta de que no se están portando del todo bien y empezarán a preocuparse por sus gobernados, y a administrar correctamente el sudor de sus frentes que le es arrebatado de manera absolutamente coercitiva y arbitraria.3

 

Lamento revelar el final: no va a pasar.

 

 

Joker 2: el ocaso

 

Y aquí se produce el cambio. La cinta ha sido un absoluto fracaso de taquilla, hasta tal punto que, la productora, ha decidido retirarla de cartelera.

 

Voy a volver a ser poco original, puesto que me sumo al descontento. Si bien desconozco los motivos del desencanto mayoritario, voy a exponer el mío.

 

No, queridos/as, los psicópatas NO sienten amor4. Por mucho que se haya idealizado a la extravagante pareja formada por Harley Quinn y Joker, en la vida real no puede hablarse de una relación de amor. En este caso, el papel de Gaga podría ser más realista que el de esta vuelta de tuerca que le dan al de Arthur Fleck.

 

Otra cosa que descoloca al espectador, es el cambio absoluto de escenario: ya no tenemos las lúgubres calles de Gotham y su descontento social (fleco suelto cuyo desenlace respecto al metraje anterior queda a disposición de la imaginación del púbico), ni el decrépito edificio donde Joker reside. Sin embargo, la trama parece querer llevar al personaje a su antiguo hogar, a ese punto de origen, a lo que este se niega en rotundo. ¿Significa esto que nunca podremos desprendernos del ser en quienes nos hemos convertido, puesto que, entre otros motivos, ya ocupamos un lugar dentro de la sociedad y no se nos puede permitir salir de ahí?

 

Y es por ese mismo motivo por el que Joker parece recibir finalmente lo que para muchos será su merecido por parte de las instituciones, que están aquí para cuidar de todos nosotros, y por parte del resto porque, en realidad, ese cruel psicópata asesino no merece nada de nadie, ni siquiera amor o comprensión.

 

Pues vaya cambio de discurso. ¿Será este el nuevo estribillo que tenemos que corear?: “Justicia y mano dura para el delincuente”. Lo que no está mal en sí, siempre y cuando no tengamos muy en cuenta quién es el delincuente y quién decide que lo es.5

 

Por último, Horrywood no podía decepcionar al feminismo de estado: convertir a Harley Quinn en una mujer empoderada que logra todo lo que quiere (a veces, por encima de toda norma) era absolutamente necesario. Nuestra hibristofílica protagonista femenina, no parece recibir algún tipo de lección por parte de argumento. Está bien y punto..., o eso parece.

 

En conclusión, este musical resulta aburrido6 y con un desarrollo inconsistente que los más cinéfilos defienden como la extrapolación de los mismos trastornos de Joker a toda la línea argumental. Pero, en cuanto a las duras críticas, es verdaderamente la falta de calidad lo que al púbico medio ha decepcionado, o es la caída de un mito, de villano transformado en héroe porque solo se ha rebelado contra un mundo cruel lo que ha disgustado tanto?

 

Y vuelvo a hacerme la pregunta que me hacía en mi artículo de blog de Psicopsisquis: ¿vivimos un momento en que la malicia y el daño se ven ampliamente recompensados, principalmente, por la falta de oposición, y donde se ha denostando todo aquello que verdaderamente signifique amor y cuidado?

 

 

Celia Rodríguez Franco

 

 

1Puedes ver aquí el artículo que hice en concreto sobre a película (firmado como CRF, superviviente a apocalipsis narcisista): https://psicopsiquis.com/como-se-hace-un-enfermo-mental-joker-y-el-mundo-que-lo-creo/

2Permítaseme la licencia de citarme a mí misma: “Gotham es una ciudad enferma a nivel social y político, por lo que es comprensible que cuando Arthur libera a Joker, este sea alabado por parte de su población. Paradójicamente, es rechazado cuando trata de ser normal y valorado cuando no lo es. Esto lo dejo a la reflexión de cada uno.”

3De la misma manera, millones de personas tienen relaciones familiares y sentimentales toxicas de las que son incapaces de salir. Entre otros motivos, por el desconocimiento absoluto sobre este tema. Tanto en el caso institucional como en el sentimental, recibe el nombre de síndrome de Estocolmo. Pero esa es otra historia.

4El villano “profundamente enamorado de su mujer” es totalmente irreal, por si hacía falta aclararlo.

5Deseo recordar la campaña de acoso y derribo que se hizo durante el Covid contra los que no se quería vacunar. Finalmente, en 2022, desde la misma Pfizer se declaró que no habían podido hacer ningún estudio para averiguar si sus vacunas paraban el contagio. Desde las instituciones españolas se articularon todo tipo de políticas contra los no vacunados, alegando que estos eran fuente de contagio y propagación. Tras a publicación de estas declaraciones, el gobierno dio una patada hacia adelante alegando que ellos nunca dijeron que las vacunas parasen el contagio, sino que el “animar” a la vacunación era, simplemente, para evitar que los no vacunados enfermaran gravemente, cosa que a esas alturas estaba más que demostrado que era un argumento rotundamente falso, puesto que había quedado patente que la gravedad de a enfermedad estaba relacionada con el estado de salud previo del paciente y con otros factores de riesgo, y no con si se había vacunado o no.

6Que sea un musical es algo que la mayoría desconocían, demostrando, una vez más lo mucho que puede vender una buena reputación.

 

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