Lo llaman "Comunal" y no lo es

Publicado el 1 de mayo de 2023, 10:38

Por Antonio de la Fuente

[Tiempo estimado de lectura: 10 minutos]

Yo no sé muchas cosas, es verdad.

 

Digo tan sólo lo que he visto.

Y he visto:

que la cuna del hombre la mecen con cuentos,

que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,

que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,

que los huesos del hombre los entierran con cuentos,

y que el miedo del hombre...

ha inventado todos los cuentos.

Yo no sé muchas cosas, es verdad,

pero me han dormido con todos los cuentos...

y sé todos los cuentos.

 

León Felipe



 

Vivimos en tiempos de crisis civilizatoria, y la Bestia no puede dejar que nada quede fuera de sus garras, garras de lobo disfrazado de cordero, y allá donde las pocas gentes comunes de buena voluntad que aún desean y luchan por un poco de libertad, buscando espacios de lucha en común, como la organización en cooperativas, asociaciones o fundaciones sobre usos y reivindicaciones del comunal, son engañadas de nuevo, y reconducidas al redil, con magníficas y suculentas subvenciones, ¡dinero!, promesas de las de toda la vida, que como cuentos infantiles para antes de dormir, son inducidas a caer de nuevo en su trampa, una vez más, la trampa del lobo al cuidado del rebaño.

 

El Estado no salva al pueblo.

 

En definitiva: redoblar la fiscalización. Todo dentro del Estado nada fuera del Estado.

 

Una de las nuevas trampas que sirven para ello -o no tan nueva-, es la de las nuevas tecnologías y la digitalización, herramientas férreas de control que, en su última forma, se ejecutan a través de la coacción del monopolio de la fuerza: la policía y el ejército, que serán movilizados –¨siempre por el bien común”- a través de sus mecanismos fiscales (Ministerio de Transición Ecológica, Ministerio de Digitalización, Ministerio de Hacienda, etc) para que pagues sus diezmos regulatorios, o multarte o encerrarte en caso de no obedecer. No hay que olvidar las cláusulas de igualdad, huella ecológica y la economía social o circular, que decoran el escenario ejemplarmente.

 

Hay un aterrador miedo histórico del poder concentrado en el Estado/Gran Capital (1), a que las gentes del común se rebelen contra ellos, -cosa desgraciadamente lejana en la actualidad social-. Que dejen de ser mendigos de su alimento envenenado, y tomen las riendas de su libertad ejerciendo el uso de su responsabilidad quebrada, a través de la reconstrucción de ellos mismos como individuos de calidad en lo humano, restableciendo los valores en lo ético y en lo moral, que han sido colonizados y exterminados hasta sus médulas por el poder estatal con toda su maquinaria de propaganda, adoctrinamiento y entretenimiento. Gentes a las que han destruido y sometido sus almas e inteligencia, hasta no ser capaces de pensar, ni siquiera imaginar, una sociedad sin Estado, una sociedad sin víctima ni victimario, sin el ente esclavizador que el Estado representa, lejos de autodenominarse como beneficiario del pueblo.

 

Y teniendo a toda la gente ya por fin en el carril ciego dentro de las administraciones, fusionando así pueblo con estado, comprado y corrompido por todas las prestaciones que nos ofrecen, unilateralmente de arriba a abajo, en forma de derechos (2), hemos abandonado por completo nuestras obligaciones, nuestros deberes, en lo personal y convivencial, el deber de romper las cadenas que nos condenan en el actual régimen estatocapitalista de trabajo asalariado, de la soga impositiva, que no son más que formas de un neoesclavismo, tan antiguo ya, que se reinterpreta a sí mismo constantemente, convence a sus “víctimas” con los mismos cuentos contados de manera difernete, y que jamás lo abarcó todo como ahora. El pueblo (cree ser) el estado y el estado es el pueblo.

 

La falsedad, la manipulación, la mentira, la cobardía, la hipocresía, etc, campan a sus anchas en estas propuestas de lucha aparentemente sociales y revolucionarias. Muchas veces lideradas por gente del común, no ya con tan buenas intenciones, sino resabiadas y con el fango hasta las orejas de ansia de poder.

 

Otra de las trampas utilizadas es el ecofeminismo, siempre por delante en estos proyectos, como nueva marca, nueva etiqueta del nuevo producto a vender y comprar -un autor al que hace poco leí, sin recordar su nombre, decía que el próximo capitalismo será "eco" o no será, y que esto ya lo tuvieron en cuenta desde el comienzo-. Ese patriarcado al que tanto dicen combatir, señalando a que es éste quien contamina y destruye, es masculino y tiene tanto dinero (el gran capital, los neoliberales) que compra a los Estados, es el mismo que defienden -con toda su maquinaria coercitiva- y desean conquistar y reformar, al no comprender que el patriarcado es, y no otro, el Estado, y no tiene género pero si todo el poder. En su error, el poder, vuelve con nueva cara a darse de forma en sus deseados Estados Ecofeministas, siendo así, aún más perfeccionado, más fusionado con el pueblo. Con lo que todo su argumento subversivo cae por su propio peso.

 

Todas estas iniciativas (3) compuestasde fundaciones, proyectos de divulgación, ONGs, plataformas, asociaciones, etc, con disfraces de cordero levantados en lucha por lo rural, lo agroecológico, la ganadería extensiva, las luchas sociales, etc, llevan debajo su verdadera naturaleza de lobo, el Estado, que es su jefe por ser quien les financia. Usurpan y tergiversan la raíz del verdadero comunal de tradición ibérica: el de la democracia directa organizado en autogobiernos por asambleas locales omnisoberanas (4), espervertido y parodiado en lo que ellos llaman Gobernanza Participativa, que no es más que un teatro para que la gente crea que toma decisiones, pero que no elude todo el peso del Estado que les queda por encima , que seguirá siendo quien domine sus decisiones. Deseando que el comunal entre en los cauces de Estado, o sea, participe y se integre en la dinámica Estado/Capital, y sea dominado en última instancia por él. Olvidan y ocultan lo más importante: que el Estado no es neutro, no es amigo, y nunca lo será. Nunca permitirá que el pueblo tome la verdadera gobernanza: las asambleas concejiles, el concejo abierto, los baztarres.

 

Los comunales siempre han sido algo que va mucho más allá de los montes. Fue un patrimonio concejil conformado por diversos bienes como fraguas, molinos, pozos, huertas, viviendas, casas del pueblo, batanes, sierras de agua, yeguadas comunales, el cerdo y piara del concejo, la dula de cabras u ovejas concejil, el lavadero, pequeñas industrias, neveros, hórreos, bordas, caminos, los toros, los helechales, las paneras o terrenos para el trigo, ventas, hospicios, ermitas, herrería, horno, dehesa boyal, tiendas, cantinas, la armería y las armas...

 

Hoy la izquierda ecofeminista de las fundaciones lo suele querer ceñir casi unicamente a los montes y así descontextualizarlo. La Fundación Entretantos, financiada al 100% por el maldito Ministerio de Agricultura, que es la que da a conocer el testimonio de esta pastora (5), está obcecada por institucionalizar la lucha por el comunal, recuperarla para el Estado, instrumentalizarla, desvitalizarla, desarmarla, desactivar su cariz revolucionario y reducirla sólo a los montes. Tras la supuesta intención de defender el comunal, la Fundación Entretantos -entre otras tantas- no puede hacer otra cosa más que ahondar en su desvirtualizacion y su destrucción, pues no hay una Fundación más radicalmente estatalista que ésta. El comunal es lo contrario al Estado, el comunal es la revolución; y jamás organizaciones paraestatales hiperizquierdistas como la mencionada van a admitir esta verdad. Toda la parafernalia a favor del comunal de una parte de la izquierda es parcial, equivocada, en definitiva: mentira; a pesar de que pueda, y suela, estar realizada por gentes bienintencionadas que desconozcan el fondo del asunto. El fondo del asunto es que la izquierda es fascismo por su total exaltación del Estado, justamente lo contrario de lo que es el comunal.

 

Por otro lado, damos todo nuestro apoyo a la lucha de los pastores, campesinos y artesanos por producir alimentos sin agrotóxicos y en extensivo, siendo custodios de los restos de comunal. Los pastores, en agudo peligro de extinción, son una parte importante de la lucha por la recuperación de los montes y bosques comunales. Trascender los montes y animar a la revolución integral con economía comunal es algo urgente, tan urgente como que escapen de las garras de la Bestia que las atrapan en estas fundaciones mentirosas, y responsabilidad de los que ya conocen la verdad del asunto.

 

Reflexionen esos, los que llaman al comunal que no lo es.

 

 

Antonio de la Fuente

 

 

(1)La democracia y el triunfo del Estado. Editorial Manuscritos 2010. Félix Rodrigo Mora.

(2)Los derechos no existen. Articulo en la web de revolución integral.

(3)La lista es muy larga: Fundacion Entretantos, Çcomunalitas Urbanes, Iniciativa Comunal, Concejo Abierto, CERAI, XIDEC, etc. Recomiendo especialmente el video conferencia de Cesar Rendueles para entender la incoherencia: https://youtu.be/tRbJuvZOqLE

(4)Democracia directa y derecho consuetudinario. Editorial Bagauda 2022. Enrique Bajardi, Maria Bueno y Felix Rodrigo Mora.

(5) https://twitter.com/entre_tantos/status/1649340875481178112

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Comentarios

Eduardo
hace 2 años

Un escrito muy acertado

Antonio de la Fuente
hace 2 años

Gracias Eduardo

arenas
hace un año

Bueno bueno. Sería interesante poder demostrar afirmaciones como que el gran capital tiene miedo a que las gentes del común se rebelen contra ellos. Más aún; terror. Bueno, también sería curioso poder encerrar en una persona o colectivo el concepto gran capital/estado. Venga un ejemplo, el trabajador del SEPE de infiestu, cooperante necesario del estado; ¿Tiene pavor a que te le rebeles? Está consideración es extensible a todo tu texto que está minado de consignas que pueden tener un reflejo en la realidad con ciertas gafas puestas, pero que no se sostiene mínimamente más allá del reflejo. La mayor parte del texto ( tampoco me ha sido posible leerlo entero y en orden) es un conjunto de generalizaciones que hacen un flaco favor a un movimiento liberador. Porque la libertad se gana en el terreno de lo concreto y siempre se aleja de la interpretación. .

Antonio de la Fuente
hace un año

Hola Arenas, gracias por intentar leer el texto, y una pena que no pudieras acabarlo, antes de ofrecer una crítica y opinión, y hablar de "todo tu texto".
Las generalidades son eso, sirven para describir una realidad general.
¿De verdad quieres ejemplos que demuestren el terror que tiene el poder a que las gentes del común se rebelen? No me lo puedo creer. Las hay por miles.
Después: el trabajador del SEPE, es eso, un trabajador y un neoesclavo, puedes ser consciente de ello o no. Si no lo eres, te conviertes en lo más abyecto de sistema, el que ama sus cadenas (la mayoría) y si, tiene PAVOR a la revolución. Y si es consciente,.simplemente ha elegido esa vía, menos valiente, y puede dedicar su tiempo a destruir a su amo por otro lado.
Pero entonces como demuestras tu el falco favor que se hace con el texto a un movimiento liberador. Yo he hecho una propuesta, ¿Cuál es la tuya?
¿El terreno de lo concreto, cual es según tu?
¿Acaso eso no es otra interpretación la tuya?. Dejame conocerla.
¿Acaso podemos describir la realidad sin interpretarla? Como es eso?
Un saludo.