¿Qué es la Navidad?

Publicado el 1 de enero de 2024, 7:30

Por Antonio Hidalgo Diego

Tiempo estimado de lectura: 5 minutos

Reason to be («razón de ser»).Pintura mural sobre una puerta. Obra de la artista rusa Anastasia Boorj (2019). Se encontraba en las ruinas de la discoteca Pachá de Castell-Platja d’Aro (Cataluña) pero ya ha sido retirada por el ayuntamiento de este municipio, una institución que ha tenido colgada durante años la llamada “bandera LGTBI”.

 

¿Qué es la Navidad?

 

Unos dan una explicación sobrenatural, la misma que predica la Iglesia, con madres vírgenes y reyes magos. Otros pasan de movidas religiosas y priorizan que estas fiestas se han convertido en la mejor excusa para compartir momentos en familia. Algunos hablan de antiquísimos rituales paganos vinculados al solsticio de invierno que los curas secuestraron y pervirtieron. Muchos, aplastados por el insoportable peso de esta sociedad oscura y depresiva, presumen —con cara de acelga— que no les gusta la Navidad, porque ya no son unos críos, porque las Navidades se han convertido en una orgía consumista y bla bla bla. Y en un asombroso ejercicio de autoodio suicida, no pocos se atreven a asegurar que la Navidad es un atentado contra nuestra sociedad laica y una ofensa para musulmanes, judíos y budistas, al tiempo que carcajean todo tipo de sacrilegios contra la Virgen y el niño Jesús y sucumben ante cualquier religión política, por muy irracional que esta sea.

 

Según mi parecer, ¿qué es la Navidad? Como soy un sabio de pacotilla os voy a dar una lección de obviedades, una perogrullada tan evidente que siento vergüenza por tener que expresarla, un insulto a la inteligencia del lector, algo tan trillado que, por eso mismo, se nos ha olvidado y conviene recordar: «Navidad» significa «nacimiento». ¿Quién nace? Jesús. Pero Jesús es solo el símbolo. Jesús es cualquier ser humano. Jesús eres tú y también soy yo. ¿Puede haber algo más importante en nuestra vida que el nacimiento? Las Navidades nos recuerdan que estamos vivos, que hemos sido bendecidos con el don de la existencia y que debemos dar sentido a nuestra vida. Así que no podemos malgastarla lamentando el daño que nos causa el trabajo asalariado o persiguiendo el dinero como pollos sin cabeza; odiando por egoísmo o pisoteando a los demás por un poco de poder; hiriendo nuestro cuerpo con relaciones insensatas, tatuajes, mala alimentación y operaciones quirúrgicas; embriagando nuestro espíritu; escondiéndonos del miedo o quitándonos la vida. «Navidad» simboliza «vida» en una sociedad consagrada a la muerte.

 

Por cada 10 niños que nacen cada año, un adulto se quita la vida. La tasa global de fecundidad en el Estado español se ha reducido a un tercio respecto a la de la generación anterior. La tasa de fertilidad fue de 1,19 hijos por mujer en 2021, la segunda más baja de la Unión Europea. [Consultar I.N.E.] Si la fertilidad mínima debería ser del 2,1… Nos extinguimos, desaparecemos.

 

Los niños son lo que todos hemos sido. El presente y el futuro. Los niños nos sobrevivirán para hacernos eternos. Dan sentido a nuestra vida. Por esa precisa razón Jesús es representado en la iconografía siendo un bebé. Y eso explica por qué los niños son sagrados, o al menos por qué lo han sido hasta ahora. Los pequeños deben ser cuidados, protegidos, educados, respetados y amados. En una sociedad que desde hace años ha dado la espalda a la Navidad y al cristianismo, los niños son abortados, abusados, ignorados, segregados, atontados con drogas y pantallas, adoctrinados y arrojados a la responsabilidad de ser los príncipes de sus hogares rotos.

 

La mayoría de los niños mayores de 11 años consume pornografía. Los casos probados de abusos sexuales a menores se han triplicado en el Estado español en los últimos 12 años, al tiempo que las condenas por estos delitos se han reducido. También han aumentado los casos de prostitución de menores. Año tras año aumenta el número de adolescentes que cometen agresiones sexuales a otros menores [Consultar escueladepolicia.com]. Los niños se han convertido en un objeto de consumo más.

 

Nuestra sociedad odia a los niños, pero, ¿puede haber alguien más vilipendiado por la posmodernidad que la Virgen María? Difícilmente. A María no la odian por ser considerada virgen; tampoco por ser un personaje central del catolicismo; ni mucho menos por ser la Madre de Dios. A María la odian por ser mujer. Cualquier mujer. Y las mujeres ¡oh, sorpresa! son dadoras de vida. Y eso es lo que les jode a los que tienen o quieren poder. Las mujeres son trabajadoras, pero los hombres también; las féminas tienen la capacidad de desarrollar y mejorar sus facultades cognitivas, emocionales y sociales… pero los varones también; las mujeres deben tener libertad sexual, igual que los hombres; pero las mujeres pueden ser madres y los hombres no. Es por ello que el cristianismo venera a una mujer que las representa a todas, y no precisamente por ser virgen, sino por todo lo contrario: la Navidad es también la fiesta de las madres. El poder es un elemento destructivo que solo alcanza a quitar la vida, pero no a crearla. Lejos de ridiculizar, denigrar e insultar a María, progres, modernos y liberales de todo pelaje deberían preguntarse por qué la mayoría de confesiones religiosas, incluso las más “guais”, olvidan que las mujeres existen. Los súbditos de la dictadura feminista deberíamos preguntarnos por qué se ha eliminado el arquetipo de mujer-madre para sustituirlo por el de mujer-hombre o mujer-yerma (animal laborans). En estas fechas, solo podemos gritar: ¡Viva la madre que nos parió! ¡Viva la Navidad!

 

La tasa de abortos voluntarios por mujer al año en el Estado español es superior a la de nacimientos [statista]. Si bien el número de mujeres que decide abortar quirúrgicamente está disminuyendo, el uso de píldoras abortivas aumenta al mismo ritmo que el de personas que exclusivamente mantienen relaciones sexuales no reproductivas (masturbación, homosexualidad y otras). Uno de cada cuatro embarazos deseados no prospera y cada año mueren 2.000 fetos por aborto espontáneo de mujeres con más de 22 semanas de gestación, lo que supone tan solo el 20% del total de abortos no voluntarios [informacion.es].

 

Yo no soy creyente y ya he escrito en otras ocasiones que la Iglesia es una institución de poder, así que anticristiana. Pero no puedo más que sentirme dichoso de mi pertenencia a una sociedad de tradición cultural cristiana. El cristianismo es una cosmovisión consagrada al amor al prójimo y no a la voluntad de poder. Es una cosmovisión basada en el desprecio de los bienes materiales y en la voluntad de servicio desinteresado. Es una cosmovisión que incentiva hacer el bien en base al libre albedrío y no a la obediencia de las leyes. El cristianismo es un sistema de creencias que sacraliza la vida y no la muerte.

Hoy, más que nunca, celebremos la Navidad.

 

Antonio Hidalgo Diego

 

“Madonna” puesta del revés, la ramera de Babilonia del Apocalipsis de San Juan, haciendo escarnio, una vez más, de la Virgen María.

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Comentarios

Roth
hace 3 meses

Esto no se lee en 5 minutos.

Y menuda sarta de autoafirmaciones personales, en las que sí, lo siento, no voy a entrar. Caradeacelga tú, totalitario.

Antonio Hidalgo Diego
hace 2 meses

Gracias por su comentario, Roth, aunque estaría bien debatir con argumentos sin entrar en descalificaciones personales gratuitas. Me gustaría que me pudiese aclarar su comentario, en relación a porqué realizo "autoafirmaciones personales" (le recuerdo que es un artículo de opinión, que si lo quiere lo toma y si no lo deja) o que me explique por qué soy "totalitario", simplemente por expresar mi visión de lo que representa la Navidad. Un saludo