Por José María Peiró y Barrero
La agricultura es la profesión propia del sabio, la más adecuada al sencillo y la ocupación más digna para todo hombre libre. Cicerón
Si quieres ser feliz una hora, embriágate;
si quieres ser feliz un día, come un cerdo;
si quieres ser feliz una semana, haz un bonito viaje;
si quieres ser feliz un año, cásate;
si quieres ser feliz toda tu vida, cuida tu huerto.
Proverbio chino1
Titulamos así este artículo por la temática que tratamos y a partir de la traducción de una publicación del agrónomo y horticultor biológico francés Claude Aubert : "Soignons la terre pour guérir les hommes" ("Cuidemos la tierra para sanar los hombres"). y tomamos el proverbio chino citado de su libro traducido "El huerto biológico" (LOS LIBROS DE Integral, 2000) `
Hay quien dice que somos lo comemos, aunque verdaderamente somos algo más o mucho más que eso. Obviamente. Y naturalmente que sí.
No obstante compartimos con Hipócrates de Cos, padre de la medicina, aquella máxima de 'que tus alimentos sean tus medicinas y tus medicinas sean tus alimentos'.
Ponemos la atención en la forma de obtener alimento (y alimentarnos) con lo que ello implica también sobre la forma de tratar e interrelacionarse con la tierra, el territorio y sus habitantes.
Por razones de brevedad y de importancia (relativa en todo caso, pues la ganadería, la apicultura, la piscicultura, la selvicultura2, la recolección y cultivo de setas, la pesca, la caza y la minería, incluyendo en parte en esta última el manejo y aprovechamiento directo del agua, fundamentalmente en estado líquido y sólido, también quedan todas estas actividades, artes y tecnologías englobadas en el asunto ‘agrario’) nos centramos en aquella parte del llamado sector productivo primario que constituye la agricultura.
El término agricultura viene de algo así como el cuidado del campo, del ager latino. Pero aquí ya advertimos una contradicción que no cuadra bien, pues en la época romana quienes trabajaban la tierra, ese ager, solían ser los esclavos. Sí, realmente, en esos tiempos de Cicerón, es decir Marco Tulio Cicerón, la tierra era trabajada con manos, brazos, y cuerpos esclavos. Esclavos de unos amos que reforzaban el poder de dominación de Roma sobre las gentes y territorios sometidos a su yugo civilizatorio3. Por tanto, la rotunda y didáctica frase atribuida a este clásico y referente filósofo y hombre público da que pensar. Sólo más tarde en referencia a lo de hombres libres, conforme se desmoronaba el imperio, las gentes se iban liberando, emancipándose del decadente poder. Marchaban irremediablemente de las urbes al campo. Poco a poco, a lo largo de unas cuantas generaciones arraigaron en las ruralías. Debieron de sustentarse per sé con su trabajo y cuidado de la tierra. La necesidad, el sentido común y probablemente también un cierto rescoldo del manejo de la tierra (en plena conexión con ella) que heredaron de sus antiguos ancestros permitieron establecer unas pautas diferentes, sin obligación esclavista sino más bien por pura necesidad y en concordancia al máximo entre las gentes, la tierra y el clima (imprevisible por lo general este). Lo comunal y lo consuetudinario se fueron fraguando por usos y costumbres adquiridas, con prueba, error y mejora. Es la primera Edad Media tan ignorada por la historiografía académica, cuando por vez primera tras siglos de habitación sometida desaparece la esclavitud en las zonas a refugio del poder carolingio y de la invasión islámica. Es el renacer de culturas con lengua propia que florecen y fructifican poco a poco sin la imposición del latín ni poderes concentrados...
En este ir y venir de los tiempos volvamos a pasados anteriores incluso a los de Roma y su imperio. Cada vez se va esclareciendo mejor el hecho de que los monocultivos predominantemente cerealisticos de civilizaciones como las que se gestaron en el Creciente fértil entre los ríos Éufrates y Tigris han ido parejos a modelos de organización y dominación, jerarquizados, con acumulación y concentración de poder económico, político y de información por parte de minorías4. Eso también es extensible a Mesoamérica y el este de Asia.
Por contra, en sociedades menos jerarquizadas, con mayores extensiones de la representatividad popular y con toma de decisiones descentralizada y directa , se observa que el manejo y gestión del territorio, así como los usos y costumbres están más en sintonía con la persistencia de la Vida sin agotar los recursos.
Parece ser que entre los antiguos clanes y pueblos mesolíticos de esta vieja tierra que llamamos Europa existió un estilo de vida ciertamente armónico con el entorno, una vida realmente llevadera, franca e inteligentemente hacedera. Eran los pueblos del avellano y de los mimbres, con sus hachas aún de piedra con las que no podían cortar grandes troncos arbóreos pero sí podían cortar y utilizar esos otros vástagos de avellanos, sauces y ramas de otros árboles que les proveían de madera estructural para sus viviendas, diseños territoriales con setos vivos que delimitaban el acceso temporal de sus ganados y limitando el de los herbívoros silvestres, así como alimento directo de sus frutos o forraje animal de ramillos y hojas. También se favorecían del roble y de la encina, del castaño, del haya, del tilo, del fresno, del arce, de los pinos y abetos, enebros y sabinas. Usaban las bayas ancestrales del cornejo (Cornus mas) para fermentar los primeros vinos, tal vez. Más tarde emparraron sobre árboles estirpes de vid silvestre que fueron domesticando para mejorar esos vinos. Seguían cazando y recolectando abundancias y excedentes del bosque y de las aguas. Comenzaron a manejarse dehesas abiertas ricas en vida y alimento. Y también fueron domesticando vegetales que cultivaban con herramientas simples pero no agresivas para los suelos que trabajaban en claros y roturas.
Gradualmente y en especial entre el sexto y el tercer milenio anteriores a nuestra era fueron penetrando desde oriente técnicas y estilos de vida diferentes, en cierta manera más 'modernos'. Paralelamente al cereal iban desapareciendo los repartos de responsabilidad y la propiedad se iba concentrando en unas minorías en casi todo el solar de la actual Europa.
Aún así, sin solución de continuidad, los nuevos tiempos aportaron formas de hacer, de pensar y de gestionar nuevas hasta entonces. Es posible que fueran integrándose en la antiquísima matriz previa con el resultado de permanecer enclaves con vergeles agroforestales como en la Toscana, Córcega, Cerdeña y parte de la península Ibérica sin apenas variación en el manejo y el paisaje resultante durante milenios. En el texto referenciado de ‘Los jardines forestales perdidos de Europa’ se indica que en el norte de la actual Italia, por ejemplo en tierras toscanas, prácticamente no debieron de cambiar los paisajes rurales a pesar de los cambios introducidos y traídos por pueblos indoeuropeos. Así, una granja podría mantener formas de organización y gestión de la tierra casi invariables con el consiguiente paisaje persistente.
Digamos que los nuevos avances tecnológicos y estructurales supusieron también un gradual decrecimiento del uso responsable del territorio y una reducción significativa de las libertades y haberes individuales y colectivos en beneficio de una creciente concentración y acumulación de poder por minorías.
Sin solución de continuidad, llegamos a nuestros modernos y adelantados días, cuando se dice que van quedando apenas menos de sesenta cosechas5 con inputs externos de combustibles fósiles y mano de obra asalariada y neoesclava, y con creciente agotamiento de las tierras de cultivo. ¡Hay que espabilar! Hay que reconocer los errores, conectar fuertemente con la tierra y verdaderamente cuidarla amorosamente para que ella nos cuide, cobije y alimente como madre tierra que es. Pero la tierra se la fueron apoderando, tiene dueños, corporaciones y estados y hay mucho Juan (y Juanas) sin tierra. Los antiguos comunales han sido usurpados por el estado.
Otra agricultura es posible, que reúna lo mejor de cada tendencia (orgánica, biológica, ecológica, natural, regenerativa, sintrópica...) adaptándose a cada rincón cultivado y cuidado con cariño y esmero, tratando de anticiparse y adaptarse de la mejor manera posible a las fluctuaciones y variabilidades climáticas. Tratando de recoger las irregulares lluvias y rocíos ingeniosamente. Conservando y mejorando los suelos, inclinándose a su mejor vocación.
Hay que recuperar lo mejor de la cultura popular y su sabiduría para encaminar la agricultura a lo común, sin poderes concentrados ad hoc. Regenerando los suelos. Y por supuesto, con el aporte de la investigación y las tecnologías apropiadas.
Basta ya de agronegocios a lo grande en detrimento de las tierras y las gentes. Basta ya de incongruencias que no cuadran y que solo benefician a unas minorías. Las verdaderas soberanías y seguridades alimentarias pasan por un manejo responsable y ético de la tierra y los suelos evitando la acumulación y concentración de poder por parte de minorías corporativas del gran capital y los estados. La erosión, pérdida de fertilidad de los suelos y desertificación suelen ir de la mano del par estado-capital y de la ignorancia humana. También ignoran u ocultan estos males mayores derivados de lo expuesto gran parte de la 'camarilla alternativa' agroecológica y de la soberanía alimentaria, y de la economía social, y del ‘patatín patatán’, y colectivos e individuos 'permaculturales', por buena voluntad que le echen. Ojo, que hay excepciones, y ojalá que cada vez crezcan más.
Se sigue cacareando el denominado 'crecimiento o desarrollo sostenible' y parece que se trate de una más de esas modernísimas expresiones que utilizamos a veces para ocultar lo sucio bajo la alfombra y vender la moto gripada. Cuando la agricultura se concibe como lo que impera es incompatible con esa sostenibilidad. Ni se cuida y mejora la vocación del suelo ni nos alimenta lo producido.
A modo de propiciar un sosiego que ayude a la reflexión y a la posterior acción enlazamos para quien quiera leerlo y escuchar una entrada de una bitácora digital de esas que llaman blogs encontrada por internet al acordarnos de una canción de los años 80: aquella de 'Comamos cereales' que tenía su miga salseada con un elaborado ritmo musical de Glutamato Yeyé. El título de la canción y el nombre del grupo ya dicen mucho6.
Al decir que 'somos lo que comemos' apuntamos a su parte positiva de enfrentar la realidad, lo que no cuadra en ella para una vida más digna y verdaderamente buena, sencilla, libre, sana y sabia7. Si nos alimentamos sanamente habrá mayor coherencia y armonía en el mundo. Pero para poder alimentarnos bien y sanamente hay que traspasar el cerco de esta especie de redil de borregos industrializados en que nos encontramos. Las ideas de la Revolución Integral son parte importante de la solución.
Leamos y escuchemos de nuevo todas las gentes lectoras y oyentes, la frase de Cicerón y vayamos desentrañando el misterio, solucionando las dificultades que encontramos para encaminarnos hacia un horizonte de porvenir, de verdadera felicidad, esto es, libres y responsables de nuestra libertad y nuestra vida, con dignidad, disfrutando de esta maravillosa Tierra que a pesar de las maldades impuestas y los errores ignorantes todavía brilla. Somos parte integrante de ella. En ella encontramos el sustento y el refugio. Lo que vaya contra ella (contra natura) va contra nosotros.
¡Seamos más sabios, sencillos y libres! ¡Cuidémonos y cuidemos de la tierra!
José María Peiró y Barrero
Notas
1 La existencia se compone de instantes, acciones, vivencias. Unas veces acertadas, otras erradas. Relacionamos felicidad con alegría de vivir encontrando coherencia entre nuestros sentimientos, emociones, pensamientos, valores y acciones. Matizamos por tanto este proverbio. Hay parejas de humanos que viven felices (comiendo perdices o no) , sin cuentos, cultivando la tierra juntos y hasta en común con otros afines.
2 Sí, está bien escrito, 'selvicultura' por más que los medios de información/desinformación hagan valer el término 'silvicultura' como único válido. Incluso si buscas en la wiquipedia te saldrá 'silvicultura', con algún cuentecillo occidental o vayamos a saber de dónde viene sobre esta tecnología que consideran sus orígenes en la Edad Media, cuando ya en el Paleolítico se practicaba en arraigo y conexión con la naturaleza.
Algún día próximo participaremos en esclarecerlo un poco por esta especie de biblioteca digital donde a veces parece que el perro que ladra más es el que dice la verdad.
Por cierto, en esas interacciones entre facetas del sector primario, es natural que los árboles y los bosques evapotranspiren, dulcificando los climas, mejorando y aumentando la presencia y disponibilidad del agua, de la caza, la pesca, las abejas y los hongos. Ni qué decir tiene que los vergeles y jardines agro forestales mejoran con su cercanía o vecindad. .
3 Se sabe , por ejemplo que en la época romana, a lo largo de las costas mediterráneas de la península Ibérica existieron numerosos alfares para elaborar recipientes cerámicos en los que almacenar y exportar aceite de oliva, vino y otros productos agro pesqueros a la metrópoli. Pues bien, además de las malas prácticas agrícolas con esclavismo se requerían ingentes cantidades de tierra arcillosa para elaborar las vasijas así como combustible leñoso procedente de los ya mermados bosques próximos para la cocción necesaria. ¡Imagina por un momento!
4 Una interesante propuesta de inmersión en el pasado de los pueblos europeos y el manejo del entorno, planteando la relación estrecha entre monocultivos cerealistas e imperios y otras sociedades con concentración de poder económico y político. Los jardines forestales perdidos de Europa. PASCHALL, MAX, 2020. En https://rebelion.org/los-jardines-forestales-perdidos-de-europa/
5 Félix Rodrigo Mora analiza el declive de la sociedad moderna y su agroindustria observando una disminución generalizada de las cosechas agrícolas por más sofisticaciones e incorporación de inputs externos con una irrefrenable pérdida de fertilidad de la mayoría de los suelos agrícolas que ya no llegan a contener ni un 2 o 3% de materia orgánica. Pan para hoy (todavía, y qué pan tampoco alimenticio y saludable), hambre para mañana.
6 https://www.woodyjagger.com/2011/06/glutamato-ye-ye-1983-comamos-cereales.html
7 Algo parecido transmiten bellamente vídeos de los compañeros y amigos pastores Kiko, Ines y Héctor: https://www.youtube.com/watch?v=PSPahHKIfJE
https://www.youtube.com/watch?v=vVWmVzVxYUA
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